Los orígenes de las “Quilting Bees” se remontan a la época colonial estadunidense, convirtiendo el patchwork en toda una forma de expresión creativa, convirtiéndose en un medio para socializar a hombres y mujeres que todas las regiones del país.
La agotadora rutina de las Quilting Bees se basaba en ayudar a sus maridos en sus trabajos mientras se ocupaban de la educación de sus hijos y las tareas domésticas.
Con el fin de desconectar del día a día, numerosos grupos de mujeres se reunían muy temprano por la mañana alrededor de un quilt entre conversaciones y cotilleos. Cada una de ellas cosía o acolchaba una parte del quilt y al finalizar la jornada conseguían una colcha terminada en colaboración de todas. De ahí surgió este término popularmente conocido como Quilting Bee, ya que su trabajo era muy similar al de las abejas construyendo sus panales.
No todo era coser y divertirse, sino que además llevaban cacerolas y pasteles que comían mientras desarrollaban su actividad en compañía. Llegado el atardecer, sus maridos se unían a ellas para cenar y posteriormente se realizaba un baile popular.
Así pues Quilting Bee, promueve la educación del individuo en la técnica del acolchado y la costura creativa en comunidad, compartir patrones y telas y reunirse en un contexto social para hablar y sobre todo reír.